Cada vez los sistemas económicos se van acercando
más al que poseemos actualmente. Ahora, con el nuevo sistema de economía
urbana artesanal, la célula base de la actividad económica se vuelve
la ciudad, es decir, las personas ahora se ven agrupadas en densas ciudades
para llevar a cabo el nuevo y revolucionario comercio.
En este tipo de economía la división del trabajo
también está más avanzada: ahora la población se diferencia en el plano de la
ciudad y en el plano campestre. Además, la especialización también se
desarrolla entre productores. Por ejemplo: la profesión textil ahora se divide
en: mercaderes de lana, de lino, de cáñamo, peinadores, hiladores, tejedores,
tintoreros, etc.
Existe una nueva innovación en este ámbito, y es
que, además del gran desarrollo de la industria artesanal, nace una pequeña
industria "a domicilio". Esto quiere decir que un productor ahora
puede llevarle las materias primas a un artesano para que este las trabaje y
pueda desarrollar un mejor producto. Así nace la especialización.
Sin embargo, esta nueva forma de trabajo aún tiene
técnicas muy rudimentarias, por lo que la producción se basa en obtener una óptima
calidad y no en una alta cantidad. Como consecuencia de esto los precios de
dichos productos resultan ser inmensamente altos.
Con la llegada de la especialización, se acaba la
posibilidad de que un individuo sea autosuficiente, ya que si una persona dedica
su vida a fabricar ropa, no podrá cosechar los alimentos que necesita para
sobrevivir, por lo que se vuelve indispensable el comercio. Para ello, se abren
dos tipos de "nuevos" mercados.
- Mercado
local: es cuando las ciudades se convierten en focos activos de
comercio, un mercado donde los artesanos venden sus productos y los
campesinos sus mercancías. Para no correr el riesgo de saturar el mercado
se fabrican sólo objetos por encargo o que tienen la seguridad de una
salida inmediata
- Mercado
nacional e internacional: Surgen las grandes ferias de los siglos
XII y XIII (reuniones periódicas donde se concentran compradores venidos,
a veces, desde muy lejos, incluso desde Asia menor).
Con el desarrollo del sistema económico urbano
artesanal, se desarrolla un período de transición que marca la descomposición
progresiva de la concepción feudal de la propiedad, en provecho de una
concepción que se acercará mucho a la del derecho romano; es decir, es el
comienzo del fin para el feudalismo.
Por otra parte, durante este modelo de sistema
económico, el acceso a la profesión sigue sin ser libre. Esta está sometida a
reglas estrictas que fijan las condiciones de la producción y los límites de
cada profesión. Estas reglas garantizan la calidad del producto y salvaguardan
el honor profesional.
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